Nacemos como una preciosa hoja en blanco donde se van escribiendo programas y estructuras mentales ajenas a nosotros, configurando una personalidad muy alejada de lo que realmente somos.
Adquirimos infinidad de adjetivos y etiquetas que parecen marcar nuestro camino, si no despertamos a nuestra verdadera esencia.
Nos “convertimos” en personajes con características adquiridas o heredadas con las que tarde o temprano acabamos identificándonos.
Puede que cierto día nos hagamos conscientes de todo ello a través de cualquier mensaje que nos envía nuestra alma, nuestro ser interno que nos llama.
Y todo comienza a cambiar al desligarnos de nuestro ego que ya ha realizado su trabajo, y podemos prestar más atención a la luz y el amor puro que verdaderamente somos.
¿Tú ya has despertado?
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