Era una pequeña hoja amarilla que disfrutaba con placidez de la calma en un hermoso otoño dorado.
Una dulce tarde, con una brisa suave, se desprendió hasta llegar a la querida tierra donde sus alegres hermanas le esperaban.
Jugaron día y noche con la hierba, la lluvia y el viento, hasta fundirse sutilmente con la propia vida que las inundaba.
Pura esencia que se unía a raíces profundas donde todo nace y se transforma...
Viajes fantásticos entre los árboles y sus mundos internos, invisibles y vitales...
Una fresca mañana de la primavera que asomaba se sintió papapitar entre unas ramas, y contempló su renacer maravilloso en mil colores y esperananzas.
Era ya una hermosa flor cuando los tibios rayos de sol amorosamente la acariciaban.
Todo renace....
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