¿Cómo estás? Hoy te he visto caminar despacio entre los árboles, con la hermosa sonrisa del Alma en tus labios. Y he sentido tu felicidad como si fuera mía. Gracias.
Tus pasos eran suaves pero firmes, tocando con tu Amor la tierra, la hierba y las hojas. He visto tu delicadeza y cariño hacia todo y hacia ti. He sentido el palpitar de tu corazón como una preciosa música y me has emocionado.
La vida recorre tus venas y todo tu cuerpo, expandiendo Luz allí donde vas. Eres un precioso ser. Gracias.
Estabas lejos, pero te he sentido a mi lado. No hay distancia alguna para el Alma. Tú y yo somos lo mismo y te he sentido en mi pecho.
Por un momento te he visto tocar un árbol con tus manos, ofreciendo tu cariño infinito y el árbol se ha estremecido haciendo mover sus hojas al viento.
Las flores han mostrado su alegría a tu paso y se han vuelto más luminosas contigo. Sus colores se han hecho aún más intensos y diversos, y te han dado las gracias. Yo también te agradezco la Luz que derramas y repartes con todos y con todo.
He escuchado los pájaros cantando con infinita alegría al mirarte. Han volado a tu alrededor con una preciosa danza y aún resuena en mí la música de sus cantos que ha iluminado mi Alma.
El cielo se ha vuelto más azul con tu presencia y las nubes te han saludado con preciosos dibujos. El sol te ha sonreído con el mejor de sus brillos y ha unido su Luz a la tuya. Infinita Luz que se expande y llena de vida la existencia...
Al final me he acercado hasta ti para darte un abrazo y he sentido el profundo Amor que ofreces y la Luz que irradias.
Hoy y siempre quiero darte las gracias.